En el contexto actual, hemos visto cómo muchas de nuestras actividades han migrado del entorno físico al digital, convirtiendo una pantalla en un escaparate para observar aspectos profesionales, y a veces privados, de nuestra vida, por lo cual mantener una buena reputación digital es primordial.
En este sentido, toda nuestra actividad online, comentarios en publicaciones, los likes, retweets, fotos, contribuirá a formar una identidad, la cual repercutirá de forma directa en la percepción que otros puedan tener sobre nosotros.
A nivel empresarial, la reputación digital se ha convertido en uno de los principales métodos para estudiar contrataciones, pues los motores de búsqueda y principalmente los perfiles en redes sociales son como nuestras tarjetas de presentación, desde donde se crea la primera impresión y percepción.
Una gran responsabilidad
Sea a nivel personal o empresarial, la construcción de la reputación digital se debe tomar muy en serio, en especial el contenido que se comparte con seguidores o consumidores. Definitivamente, lo que las marcas comunican en sus redes es importante, pero lo que se dice de las marcas en el entorno digital es aún más relevante. De acuerdo con el informe Socializing Your Brand: A Brand’s Guide to Sociability, el 52% de la reputación de una compañía está relacionado con la interacción en línea.
Según el Informe Global Digital 2022, publicado por Hootsuite y We Are Social, para julio de 2023 dos tercios de la población mundial total seremos parte del entorno “online”, y el número de usuarios de redes sociales será el equivalente del 60% de la población mundial.
Gracias al análisis de datos, en Data Driven Intelligence (DDI Latam, consultora líder en gestión y construcción de reputación en línea), podemos concluir que en Guatemala las búsquedas anuales en Google y otros motores de búsqueda rondan los 500 millones, evidencia del nivel de importancia que el ecosistema digital tiene para los usuarios.
De esta cuenta, observamos que la percepción de una marca en las plataformas digitales se ha vuelto clave para las empresas y el uso de la data, así como el análisis de la información es relevante para la toma de decisiones en momentos donde la reputación se pueda ver perjudicada.
“Estamos interconectados, lo que hacemos, comunicamos o decimos deja una huella digital. Para las empresas, esto es crucial para su relación con los clientes. Gracias a la tecnología es posible medir la percepción de los usuarios y evaluar su impacto. Definitivamente, la reputación es un elemento intangible que debe cuidarse para aprovecharlo de la mejor manera”, explicó Luis Castellán, Director General para DDI LATAM.
Entender el contexto
En la actualidad el uso de herramientas de análisis de datos nos permite conocer y comprender la dinámica en los ambientes digitales para conocer aspectos más íntimos del público, como el sentimiento del público sobre la empresa o temas coyunturales. Todo esto a través del uso de la tecnología, como por ejemplo la recolección y análisis de datos del consumidor, con el principal motivo de poder determinar oportunidades del mercado.
También, la medición continua de la cobertura online permitirá a las empresas evaluar los problemas de reputación y evaluar cómo han ido cambiando las percepciones de los usuarios. Existen una gran cantidad de herramientas que ofrecen análisis sobre datos. Algunas de ellas son:
Talkwalker: una plataforma que permite conocer lo que se dice sobre una compañía o marca en Internet y en las redes sociales.
SemRush: una herramienta para entender los resultados de los motores de búsqueda y las palabras clave que se utilizan.
MOZ: una herramienta que permite medir la autoridad de las páginas web ante los motores de búsqueda como Google
Meltwater: una herramienta para monitorear menciones de prensa y relaciones públicas.
Si bien en el entorno digital podemos encontrar muchas herramientas disponibles para medición de datos, lo ideal es acudir a empresas con experiencia o agencia digital que se dedique a la reputación digital o a Online Reputation Management y poder tener una perspectiva completa de la reputación actual, cómo gestionarla y hacer los ajustes que se crean necesarios.
